Las cabezas de los diferentes diarios de la entidad coincidieron, lo que no es común, al referirse a la violencia de que son objeto las mujeres y como el fenómeno ha venido en aumento. Sobre ese problema social, cultural y político, hay desde luego varias percepciones. Lo importante es que hasta los grupos conservadores se han sumado a las causas de las mujeres, aunque no en todas sus vertientes.
Por ejemplo, en relación al derecho de las mujeres para decidir sobre su cuerpo, la andanada de presiones para que se modificaran las constituciones estatales a contracorriente de los posicionamientos mundiales sobre ese particular, las mujeres de los grupos de la derecha, y también sus hombres tienen criterios que más bien son atentatorios de las causas de las mujeres.
No obstante, en lo que se refiere a la violencia en general, todos parecen coincidir. Hasta las autoridades que son cuestionadas declaran que respaldarán esas causas, aunque en la práctica no siempre haya coherencia, como es el caso con las investigaciones de los feminicidios.
Y hay además un problema cultural muy arraigado en hombres y mujeres. A mí, por ejemplo, me sucedió que presenciando un pleito marital en la calle, en el que el hombre estaba golpeando a su pareja en una forma tal que me impulsó a interponerme para evitar la reyerta, fui atajado por la mujer que me pidió que no me metiera; no es la primera anécdota que en estos términos he conocido, pero importa sólo para subrayar que el problema tiene muchas aristas que deben atenderse. Estimo que la celebraciones o las fechas que aluden a problemas específicos -día de no fumar, día de la no violencia, día de los árboles, etc- son útiles para crear conciencia, pero que deberían acompañarse en cada caso, y más en este, de un listado de acciones concretas, de medidas de escarmiento para que no se queden en la mera declaración y la solidaridad de todos en contra del fenómeno. Por cierto, la violencia encuentra causas muy diversas, es cada vez más sangrienta, y ese talante va influyendo para que la que se ejerce en contra de las mujeres sea también más exacerbada. Y no me refiero sólo a la violencia física, sino a las muchas otras expresiones en que se hace palpable la agresividad en contra de las féminas. Como quiera que sea, el que partidos, diarios y sociedad en general hayan resaltado la violencia de que son objeto las mujeres es una buena señal. Por demás está señalar que el alcoholismo, la pobreza, la falta de empleo, la pérdida del salario, la imposibilidad de que los niños vayan a la escuela, y todo lo que enmarca la parte subdesarrollada de nuestra sociedad, también determina y afecta a la violencia general y a la específica en contra de las mujeres. Y es en todos esos ámbitos que se debe de actuar.