miércoles, 25 de abril de 2012

El estilo de Amado


Perspectiva
El estilo de Amado
Rodolfo Becerril Straffon
En cada municipio del estado de Morelos predominan ciertos apellidos;  en los pueblos, casi todos los habitantes tienen un cierto grado de parentesco. Si uno conoce el estado, la sola mención de un apellido  le permite ubicarse en la geografía estatal. Por ejemplo,  en Mazatepec, al poniente de la entidad, inmerso en la región conocida como  tierra caliente, Toledo, Tapia, Orihuela o Correa son apellidos muy frecuentes.  Amado Orihuela Trejo tiene su raíz en esa región del estado. Si uno visita el municipio y le quiere localizar, cualquier habitante  puede indicar en donde vive o en donde viven sus familiares. Es pues un morelense de fuerte raigambre. Se le conoce también en toda la zona cañera y en todas las comunidades agrarias de la entidad. Su paso como presidente de la Unión local de productores de caña o como presidente de la CNC, es decir de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos campesinos lo llevó a recorrer múltiples veces el territorio del estado, le permitió conversar con los ejidatarios y enterarse de los problemas de la tierra,  de la contaminación de sus aguas, del castigado precio de los productos y del grave problema de la intermediación.  Ingeniero Agrícola de la   legendaria Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Orihuela Trejo formó parte de las comisiones dedicadas al campo cuando fue diputado   federal o diputado local. 
Amado no es conocido personalmente  en muchos grupos sociales de Cuernavaca o de la zona conurbada. Tradicionalmente, la clase política se concentra en la capital  de donde surgen los candidatos al gobierno del estado. Muchas de las críticas de las que no está exento ningún personaje público se fundan esencialmente en ese hecho. Otras tienen otra naturaleza. Nadie pone en duda que  los espacios de la capital no han sido sus ámbitos de influencia. Pero ha empezado a penetrar. El evento del viernes pasado puso en evidencia que tiene en la capital también músculo. La candidatura la ganó después de un largo proceso en el que su tenacidad y las circunstancias le favorecieron. Todavía hoy vive las secuelas de las nominaciones del partido, secuelas que poco a poco se van diluyendo para enojo de los adversarios. Amado, como se le llama coloquialmente, no es un político de muchas palabras; tampoco alguien de larga formación académica.  Tiene, en cambio, carácter y templanza y sobre todo, sabe escuchar, mérito poco común. Si se sabe rodear de personas conocedoras de cada sector y logra resistir a los intereses de grupo, puede hacer un buen gobierno. Y no hay razones para suponer que no pueda ser  así.  La sangre morelense que corre en sus venas le obliga. Ha ido paulatinamente ganando adeptos. Tanto el partido verde como el PANAL están a su lado. Las propuestas de alcance social que ha empezado a perfilar son por demás interesantes: La “efectiva”, tarjeta que permitirá adquirir útiles  escolares y alimentos a bajo precio, el “seguro de vida contra accidentes” para todos los niños en las escuelas del estado, el “programa de crédito a la palabra para mujeres emprendedoras”, la “eliminación del impuesto del 2 por ciento a la nómina” entre otros van perfilando un estilo. Faltarían de conocerse otras propuestas y aquellas que la propia ciudadanía haga a lo largo de la campaña. La competencia no será fácil. Muchos priístas y una buena parte de la sociedad se han llevado sus simpatías para otros personajes que han logrado soslayar sus negativos y hacerles olvidar su pasado. Es decir, se han ido con la finta y no se han percatado de la cuantiosa inversión que ha costado ese lavado de imagen. Si Enrique Peña Nieto se alza con la victoria como muchos esperamos, si México recupera el rumbo, si en el congreso de la unión el PRI obtiene una mayoría holgada, y Amado y el PRI obtiene el triunfo como lo indican  las encuestas, mejores tiempos le esperan a nuestro querido estado que no tiene porque andar importando gobernantes.    

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